Después de aquel primer encuentro con Italia, las alas del destino preparaban una cita con otro rincón acogedor de Europa. El camino conducía esta vez hasta Verviers, ciudad de Bélgica situada en la Valonia, provincia de Lieja, bañada por el río Vesdre y conocida mundialmente como la “capital valona del agua”.

Este sello distintivo se explica por el hecho que desde Verviers se distribuyen diariamente grandes cantidades de agua para uso industrial y doméstico, mediante la presa de la Gileppe, y también del embalse de Stembert.

El desplazamiento no fue tan sencillo, ya que implicó casi 13 horas de viaje desde la Estación Central de Milan. Debo reconocer, eso sí,  que no se hizo tan agotador, ya que gran parte del viaje fue de noche, lo cual permitió resistir de mejor manera el trayecto, que incluyó, por cierto, el paso por hermosas ciudades de Suiza, como Lugano y Basilea.

Fue un viaje súper agradable, ya que la ruta escogida también posibilitó conocer varias ciudades importantes de Alemania, como Mannheim o la propia Colonia, está última plagada de postales de inusitada belleza, como es el caso de su famosa catedral, que es un templo católico de estilo gótico que comenzó a construirse en 1248 y no se terminó sino hasta 1880.

En Verviers, fue paso obligado el encuentro con el “Spirit of 66”, reconocido local de música en vivo ubicado en la Place du Martyr, en donde obviamente había que realizar una presentación con Exsimio. Su dueño, Francis Geron, junto con recibirnos cordialmente, nos condujo a un antiguo hotel, muy cercano al recinto, y nos contó las anécdotas del lugar, en donde han actuado la mayoría de los grupos progresivos de Europa, lo que se explica por la cercanía de la ciudad con Alemania y los Países Bajos (30 kilómetros)

Pero también hubo tiempo para conocer algunos atractivos de la ciudad. Cabe destacar que Verviers se encuentra atravesada por el conocido canal de las plantas, creado en el año 1100. Esto es una desviación que se hizo del Vesdre para que éste pudiera entrar en la urbe y, de esta manera, nutrir de energía a las industrias textiles que allí existían.

La ciudad cuenta con hermosos edificios religiosos, como la Capilla de Santa Ana, construida en el siglo XIX, que posteriormente fue usada como hospital para recibir enfermos de la Segunda Guerra Mundial. Luego se convirtió en orfanato, hasta su demolición, construyéndose más tarde el edificio que hoy corresponde a la capilla.

En la propia Place du Martyr se encuentra la hermosa iglesia de Nuestra Señora, que data del año 1646. En su fachada se puede observar una bella escultura con la figura de la virgen y el niño Jesus, la que posee también su propia historia, ya que según los lugareños, un terremoto en 1692 cambió la postura de la escultura, por lo que siempre instan a laos visitantes a mirar fijamente la figura de la virgen por un rato, a modo de descubrir si ésta vuelve a cambiar de ubicación.

Siendo elaboración de lana otra de las vocaciones productivas históricas de la ciudad, resulta altamente recomendable visitar el Museo de la Lana y la Moda, creado en 1999. Otro lugar imperdibles es el Museo de Bellas Artes y Cerámica, fundado por Jean-Simon Renier en 1884, donde es posible apreciar obras de pintores flamencos del siglo XXVII, además de hermosas muestras de alfarería local e internacional.