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Sentinel del Norte, la isla prohibida

La isla Sentinel del Norte podría perfectamente aparentar un paraíso remoto en el océano Indico, pero muy lejos de aquello, el lugar es considerado como uno de los territorios más peligrosos del planeta, dado el rechazo que manifiestan sus habitantes a todo tipo de contacto con el mundo exterior, al punto de incluso matar a cualquier persona que se acerque a sus playas.

Ubicada a algo más de mil 300 kilómetros de la India, Sentinel del Norte forma parte del archipiélago de las islas Andamán y Nicobar, lugares conocidos por su aislamiento, además de la presencia del cocodrilo de mar, considerado una de las especies más peligrosas del planeta, enormes reptiles que no dudan en consideran al humano dentro de su dieta alimenticia.

Sentineleses, en la orilla de la playa

La temible reputación de la isla, que posee 72 kilómetros cuadrados de extensión, alcanzó nuevamente una alta notoriedad y cobertura mediática en noviembre del año 2018, cuando un grupo de nativos del lugar, denominados sentineleses, asesinaron a flechazos a John Allen Chau, un misionero estadounidense de 26 años que se había propuesto establecer contacto y cristianizar a los aborígenes. Este hecho se sumó a una lista larga de incidentes similares previos que ya daban cuenta del radical comportamiento de los isleños ante una presencia foránea.

La Isla Sentinel se ubica a algo más de mil 300 kilómetros de la India y forma parte del archipiélago de las islas Andamán y Nicobar.

Se estima que los sentineleses, cuya población no superaría las 200 personas, viven en pequeñas comunidades, cazando y recolectando sus alimentos en la selva interior. Además, realizan una pesca rudimentaria de subsistencia en la costa de isla, aunque ciertamente la información que se posee sobre su forma de vida es muy escasa, debido a que las incursiones de las autoridades indias al lugar son muy poco frecuentes, por lo que el conocimiento que se tiene sus hábitos y costumbres se ha obtenido, principalmente, de los relatos de las pocas personas que se han atrevido a acercase a sus playas.

Según algunos historiadores, como Adam Goodheart, profesor del Washington Collage, la razón de esta particular conducta de animadversión de los nativos de la isla hacia el mundo externo se explicaría en un hecho histórico ocurrido en 1879, cuando un joven administrador del asentamiento británico en el territorio llamado Maurice Vidal Portman, decidió explorar en profundidad la India, lo cual significó proceder a reconocimiento de la isla, en donde, según narra la historia, se abría adentrado hasta llegar a una suerte de campamento de los sentineleses, quienes ante su llegada habrían huido hacia lo profundo de la selva.

La tribu, cuyo número exacto de población se desconoce, está provista de arcos y flechas.

En la búsqueda de aborígenes para establecer contacto, Portman se encontró con dos ancianos y cuatro niños nativos, los cuales fueron sacados del lugar y llevados a Port Blair para su observación. Empero, los indígenas adultos cautivos murieron rápidamente, producto de su nula inmunidad a las enfermedades del continente, mientras que los niños habrían sido regresados a la isla. Esta acción habría generado el odio y la desconfianza absoluta de la tribu hacia todo visitante, recelo que finalmente se iría transmitiendo de generación en generación hasta hoy.

Sin embargo, no todos comparten la inefable fama creada sobre la isla. Para el antropólogo Trilok Nath Pandit, quien señala que demoró más de 20 años para lograr interactuar con los nativos, la fama que precede a los sentineleses es totalmente desproporcionada y alejada de la realidad, ya que lejos de ser una comunidad violenta, se trata de una tribu que más bien optó por el alejamiento del influjo moderno, conviviendo en un estilo de vida que se asemeja a la era neolítica y, por ende, muy vulnerable a la interacción con forasteros, sobre todo por enfermedades que pudieran contraer.

Cabe señalar que las autoridades indias tienen consignado como delito el intento de contacto con los sentineleses, por cuanto es ilegal acercarse a menos de tres millas de la isla. Contravenir dicha ley conlleva incluso el presidio.

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