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Numen: explorando nuevas nomenclaturas

Si algo podemos expresar con firmeza es que España no destiñe en lo que a rock progresivo se refiere. Y es que no son pocas las agrupaciones españolas que han generado valiosos aportes a este fenómeno musical, situación más que interesante, teniendo en cuenta los ya conocidos vaivenes que experimenta el estilo y las dificultades que existen para encausar una escena saludablemente vigorosa.

Numen

Un ejemplo de este nuevo fulgor creativo es Numen, banda progresivo sinfónica de Alicante, fundada en 1992, quienes desde su génesis han orientado su estilo hacia una estructuración musical basada en desarrollos instrumentales intensos y una remarcada carga emotiva en lo que a sus letras se refiere.

Samsara

Desde “Samsara”, su primer disco de 1997, obra con tintes neoprogresivos de alta belleza, pasando por el encanto onírico de “Numenclature”, segunda placa grabada en 2013, la banda se las ha arreglado para ofrecer en cada entrega un abanico musical de alta calidad.

Por ello, era previsible que su más reciente entrega, “Cyclothymia”, estaría en sincronía plena con sus predecesores. Incluso más, este nuevo álbum, lanzado este año bajo el sello chileno Mylodon Records, tanto en CD como en edición vinilo, viene además complementado con nuevos conceptos, explicados tal vez por la propia madurez del grupo y la solidez compositiva de la banda integrada por César Alcaraz (voz), Víctor Arques (bajo), Manuel Mas (teclados), Marcos Beviá  (guitarras) y Gaspar Martínez (batería).

Cyclothymia es quizás el álbum de contenido más oscuro de Numen, dado el remarcado énfasis temático que los inspira, pero tampoco se trata de un disco conceptual, aunque se aproxima a ello, en virtud de la exploración que se hace a esos estados anímicos en los que el ser humano se sumerge cuando la vida se torna una carga y un tormento.

En lo musical, se conjugan partes vocales muy bien logradas y de marcada profundidad, en el estilo lírico típico de Numen, con otras instrumentales más novedosas, expresadas a través de la riqueza en el tratamiento tímbrico y armónico de la obra.

La mini suite que da nombre al disco es tal vez la máxima expresión de este álbum, la cual se adentra en intrincados pasajes sonoros, dominados por la presencia de un sabio uso de los teclados que van generando un frenesí neosinfónico de particular belleza que redunda en un universo musical que representa los diversos estados de ánimo por los que puede atravesar el ser humano, en el sentido cíclico de la palabra.

Tras sobrellevar una existencia que, como muchas bandas, está marcada por ciertas intermitencias, la película de Numen vive un nuevo capítulo, decididamente gravitante en la carrera del grupo, tal como lo comenta su tecladista Manuel Mas en la siguiente entrevista exclusiva.

Enhorabuena por este nuevo disco. Al escucharlo, podría partir diciendo que, en cierto modo, provoca una “ciclotimia musical” por la variedad de sensaciones que genera.

Manuel Mas: “Muchas gracias por tus felicitaciones. Es indiscutible lo que comentas acerca del cúmulo de sensaciones que genera su escucha. De hecho, Cyclothymia pretende transmitir especialmente un mensaje de contenido emocional. Los dos discos anteriores, Samsara y Numenclature, son narraciones principalmente en tercera persona, como si de crónicas o relatos se tratara. Este álbum está escrito en primera persona en su casi totalidad. Tan solo “The Man with the X-Ray Eyes” está en la línea de los trabajos anteriores”.

Cyclothymia

Llama mucho la atención el componente emotivo que genera el disco, es muy intenso.

“Nos alegra que así sea. De lo contrario, Cyclothymia tan solo sería un conjunto de temas más o menos agradables al oído del oyente. Este trabajo contiene un mensaje implícito muy poderoso: el anhelo por dotar a nuestras vidas de sentido, armonía y paz interior; estados que, lamentablemente, hemos perdido en pro de deseos mundanos. En cierto sentido, volvemos a incidir en la temática de Samsara; es decir, deseamos saber cuál es el lugar reservado al ser humano en esta sobrecogedora y, a la vez, insondable realidad a la que llamamos Creación. Quizás, la diferencia con ese primer disco estriba en que hurgamos en cuestiones sustanciales para nosotros en la búsqueda de la verdadera felicidad y en el porqué de que sea tan difícil lograrlo. En cualquier caso, para llegar a lo más hondo de Cyclothymia, el oyente ha de atender y entender las claves que música y letras ofrecen conjuntamente”.

Cyclothymia y FootPrints son temas muy bien trabajados, ¿representan tal vez la nueva etapa de Numen?

“Difícil cuestión. Seguramente, dentro de unos años, me desdigo, pero en este momento diría que este disco es un punto de inflexión en nuestra carrera musical compartida. No puedo decir en qué medida esto será así, pero de lo que estoy seguro es de que nada será exactamente igual”.

Respecto a vuestro álbum “Samsara”, ¿qué pensamientos te produce dos décadas después?

“Samsara coincide con nuestra juventud, con todo lo que eso implica. Con veinte años, sientes la vida como un escenario de oportunidades en la que tus sueños pueden hacerse realidad. Es el momento de mayor frescura y osadía creativa; no hay reglas, ni convenciones, solo plasmación de lo que sientes musicalmente. Nada te condiciona. De hecho, en aquellos años 90, dedicarse a este estilo era un suicidio musical. Puede que no fuéramos conscientes de ello, y si lo fuimos, no nos importó por, quizás, la ingenuidad propia de la edad. 

Después de veinte años, la mirada hacia aquel trabajo solo puede ser tierna y cariñosa. Una época irrepetible de nuestras vidas”.

¿En qué se diferencia este nuevo álbum a sus trabajos anteriores?

“Principalmente, la diferencia está en que nosotros no somos los mismos. El paso del tiempo conlleva muchas cosas: nuevos objetivos, nuevas emociones, nuevas ilusiones…hasta nuevos miembros. Nada es igual, ni debe serlo. Cada época ofrece un marco distinto y, por tanto, la oportunidad para contar algo nuevo de una forma distinta. ¿Lo llamamos madurez? Me parece bien, aunque con los años nos hemos dado cuenta de que la gente no es necesariamente más madura. A veces te sorprendes de comportamientos impropios de la edad de sus responsables”.

¿Cómo ves la evolución que ha tenido NUMEN a través de estos años, considerando los diversos espacios que, en cuanto tiempo, han tenido en vuestra carrera?

“Es difícil hablar de una evolución cuando no ha habido continuidad. La interrupción sufrida por Numen entre 1999 y 2012 dio pie a que los cambios percibidos en esta segunda etapa estén condicionados más bien por evoluciones personales de cada uno de sus miembros. El lapsus de tiempo es tan grande, que hay un eslabón perdido. Numenclature fue un reinicio del proyecto Numen. Sinceramente, yo no pensaba que fuéramos a juntarnos para algo más que una comida de amigos; la realidad diaria lo hacía casi inviable. El reinicio supuso un considerable esfuerzo de compaginar responsabilidades y agendas. Cyclothymia, sin embargo, nos muestra a una banda más rodada con un mejor encaje de las circunstancias personales de cada uno de los miembros. Si tuviera que dar una respuesta a tu pregunta, diría que Numen hace la música que le apetece hacer y que se gusta a sí mismo sin atender a las tendencias vigentes de cada momento. No nos condicionó el páramo musical de los 90 en relación a la situación del rock progresivo en España. ¿Por qué iba a hacerlo ahora? Nuestra naturaleza es así”.

He leído en varias reseñas del nuevo disco ciertas evocaciones a Tony Banks y Steve Hackett, ¿sientes que son una referencia correcta?

“Lo que comentas es curioso, porque desde que nos dedicamos a esto, nos han comparado con muchos grupos. No obstante, me alegra tu pregunta, ya que los artistas que mencionas son una referencia de primer orden. Si hay evocaciones a Genesis, como tú afirmas, es algo que no voy a negar. Nosotros escuchamos muchísima música, lo que causa mucha transpiración también en ese sentido. Si me hubieras mencionado a artistas recientes y muy en boga hoy, te diría que no, pues no nos sentimos identificados con las tendencias actuales. Los clásicos pueden habernos influenciado ciertamente”.

No es mi intención caer en odiosas comparaciones, pero percibo más bien un cierto aire floydiano, sin caer en la impersonalidad.

“Pink Floyd es una referencia incuestionable. En nuestra época de tocar covers, interpretábamos mucho de esta banda: In the Flesh, Shine on Your Crazy Diamond, Confortably Numb,…Para mí, Wish you Were Here es uno de mis álbumes favoritos. Me atrevería a decir que el núcleo de Numen tiene como influencias innegables a The Beatles y a Pink Floyd. Hay muchas otras bandas, por supuesto, pero estas dos son fundamentales en el rodaje inicial de Numen”.

Un gran detalle: resulta muy agradable el ver que también está disponible en versión vinilo. ¿Qué opinan del sonido análogo?

“Crecimos con el vinilo, para lo bueno y lo malo. El formato realza el artwork y su sonido tan cercano, tan cálido,…..o eso me parece a mí. En cualquier caso, es un placer sacar ese disco con surcos de su funda, ponerle encima una aguja y que de forma casi mágica suene algo maravilloso acompañado de esos ruidos a popcorn. Como ves, soy muy fetichista en esta cuestión. Su vuelta es recibida con sumo placer. Lástima que sea tan caro su edición y su compra. El sonido analógico, y es una opinión muy subjetiva, me parece más natural. También es posible que, en la época dorada del vinilo, los medios usados en los estudios de grabación no hicieran posible el grado de perfección actual, cosa que yo agradezco personalmente. La música es una expresión artística humana y eso incluye también la imperfección”.

Algo más que una moda, ciertamente

“Si es una moda, eso lo tendrán que decir otros. Para mí no lo es. Fue en su momento un ritual que se perdió desgraciadamente y que ahora volvemos a recuperar”.

Por cierto, estás de acuerdo en que hablar de la industria musical es un tema complejo hoy en día

¡Vaya! ¡Qué pregunta! No pertenecemos a ella, si hablamos en términos de industria. Numen es una banda de músicos, de artistas, de gente normal. Nuestro esfuerzo y bolsillo nos da, desde nuestra humildad, para publicar lo que hacemos lo mejor posible. Desde luego, no comemos de ello… pero ¿quién lo hace tocando rock progresivo en España? Tampoco nos importa; cada uno de nosotros tiene su modus vivendi particular. Lo hacemos por puro amor al arte.

¿Algo así como adaptarse o morir?

“Ahora mismo, la industria musical está en pleno proceso de reinterpretación o desaparición. Esto empezó en lo 80, como ya pronosticó Frank Zappa. Cuando dejas de servir buenos platos para apostar por la trituradora de carne, es lógico que pierdas a los gourmets a favor de un público poco comprometido o interesado en el aspecto artístico de la música. El arte y el negocio deben encontrar un punto de equilibrio por el bien de ambas partes”.

A propósito, ¿Cómo ha sido la recepción del nuevo disco?

“Numen es un grupo humilde y, por consiguiente, la recepción depende de la capacidad de difusión que nosotros mismos poseamos. El advenimiento de las redes sociales nos ha ayudado indudablemente. Tan solo llevamos un mes y pico desde que Cyclothymia se publicó. Con este tercer álbum, el número de medios que se han percatado de nuestra existencia es mayor. Podríamos valorarlo, por tanto, de forma positiva, aunque también es cierto que aún hay puertas que nos gustaría atravesar. Eso es lo que tiene nacer en el país y en la época equivocados”.

¿Y cuáles son las expectativas que tienen para esta nueva etapa?

“Preferimos no plantearnos expectativas ambiciosas. La situación actual económica no es la mejor para la generación de cultura. Desde que explotó esa crisis que, según algunos medios, regresará a no mucho tardar, la música es algo que no es prioritario para la subsistencia de la mayor parte de los mortales. Y esto es un error, porque si algo caracteriza al ser humano es su capacidad para expresarse artísticamente. El Arte es necesario en nuestras vidas: sin él somos menos humanos y más, como dirían The Beatles, blue people”.

Sería interesante saber qué opinión tienes del rock progresivo español actual y cómo anda vuestra relación con otras bandas locales del género.

“No estoy al día de todo lo que sucede pero me consta, por fuentes indirectas, que hay multitud de proyectos, la inmensa parte de ellos enmarcadas en la autoproducción. Es cierto que mantenemos cierta relación con músicos de algunas bandas, como Alfonso Romero de El Tubo Elástico, Carles Pinós de Herba d’Hamelí, etc. Personalmente, creo que la salud del género en España actualmente es buena. En los 90, a punto estuvo de desaparecer este si no hubiera sido por unos pocos irreductibles como Galadriel, Dracma o nosotros mismos”.

¿Cómo se podría explicar aquello?

“Puede que la influencia de Dream Theater o Neal Morse haya favorecido la aparición de una cantidad relevante de bandas españolas. Algunas seguirán los pasos seguramente de estos, otras apostarán por su propio lenguaje. Lo cierto es que, si no se protege este resurgimiento por parte de la iniciativa privada, corremos el peligro de que todo sea una mera ilusión con el paso del tiempo. Realmente hay proyectos que podrían saltar perfectamente a la escena internacional; sus propuestas son serias y bien elaboradas.

Numen, además, tiene la suerte de contar con el apoyo de un sello valiente, Mylodon Records, que pugna por un espacio propio en el mercado asociado a este género”.

Finalmente, cuéntanos un poco, ¿cómo y dónde se puede adquirir el nuevo disco?

“Si se visita nuestra página web, hay información de cómo hacerse con el álbum (www.numenmusic.com). Y en Mylodon Records, por supuesto”.

Te agradezco Manuel por el tiempo concedido para responder esta entrevista. ¿Algún último comentario para los fans?

“Gracias a todos los que nos siguen y apoyan, pues dan sentido a todo nuestro trabajo. No hay nada que más nos satisfaga que el saber que nuestra música sirve para hacerlos un poco más felices”.

Discografía

  • Samsara (1998)
  • Numenclature (2014)
  • Cyclothymia (2019)

Filmografía

  • Numenclature. Un viaje en progresivo (2014)

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