Después de varios intentos infructuosos pude por fin viajar a Perú. Mi destino era Lima, lugar en donde realizaríamos una presentación con mis buenos amigos de Trettioariga Kriget.

Luego de volar algunas horas, arribamos a la capital peruana el sábado 29 de octubre. El clima era bastante amigable y tras algunos minutos de descanso en el aeropuerto pudimos trasladarnos hasta nuestra residencia.

El hotel de ubicaba en La Perla del Callao, un distrito en donde confluye la clase trabajadora junto con el sector medio de Lima. Allí probé un extraordinario ceviche acompañado de un brebaje muy rico y particular llamado “chicha” , la cual se extrae del maíz. Nuestra estadía en dicho lugar fue breve, ya que a poco andar sufrimos un evento bastante traumático que nos motivó a trasladarnos hasta Miraflores.

Miraflores es un bellísimo barrio de Lima y ni hablar del Hotel Radisson, perfecto lugar para pernoctar en Lima. Inmediatamente decidí pasear por Avenida Larco, arteria limeña famosa por sus tradicionales tiendas. Mis pasos me llevaron luego a Barranco, en donde no pude evitar la emoción al recorrer sus intrincados caminos y vericuetos, donde resalta la casa de Chabuca Granda. Imposible fue resistirse al apetitoso “pollo a las brasas”. Del pisco ni hablar, probé uno que alcanzaba los mejores estandares mundiales de calidad.

El centro de Lima me pareció caótico. Es difícil asimilar el uso constante de las bocinas y la agresividad en el manejo por parte de los conductores, además de la enorme  presencia  de taxis, en su gran mayoría con rejas protectoras para el conductor, y el desfile de viejas micros repletas de pasajeros.

No obstante, debo reconocer aquella sensación quedó atrás de luego de visitar algunos fantásticos restoranes. La comida, simplemente genial.

Luego llegó el tiempo de la música. Un excelente show con un público muy receptivo, grandes recuerdos con amigos y un día de descanso para pasear por la playa, tiempo suficiente para empaparse de la cultura limeña

Al otro día un rápido regreso al Aeropuerto Arturo Chávez y de vuelta a Chile. La vida continúa.