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Mexicali, el comienzo del viaje

Mexicali es una ciudad cálida por esencia y extremadamente profunda desde lo espiritual. Son muchas las personas que, por diversas razones, sienten una conexión especial con esta tierra. En lo personal, debo ser uno de ellos. Aquí comenzó todo, si pudiésemos llamarlo así. Qué duda cabe que la transformación profunda de un incipiente proyecto de difusión musical, creado en aquel entonces por un joven periodista, a un sello discográfico propiamente tal, tuvo su punto de consolidación en este hermoso rincón de México conocido como la “ciudad que capturó al sol”.

Mexicali, capital de Baja California, fue fundada en 1903, por lo que es una metrópoli relativamente joven, con un amplio abanico de multiculturalidad, lo cual la hace una ciudad con una marcada diversidad.

La urbe también es la cuna del festival Baja Prog, uno de los eventos de rock progresivo más relevantes del planeta, una instancia donde se congregan fanáticos de la música provenientes de los puntos más insospechados de la tierra.

Baja Prog es una instancia que reúne, durante una semana, a los principales exponentes del rock progresivo en sendos eventos diarios, tanto en el Teatro del Estado, como en el escenario del Hotel Araiza In, por lo que la irresistible tentación de conocer de primera fuente este “oasis de música” se hizo una necesidad imperiosa.

¿El comienzo de todo?, la frase puede sonar algo pretenciosa, pero efectivamente fue sí, ya que luego de concretar la ida de Tryo (banda referente del rock progresivo chileno) a estas latitudes, tal hito marcó un antes y un después en esta historia. Esto porque, tras el éxito alcanzado por la agrupación viñamarina, las puertas de Mexicali, y del Baja Prog, se abrieron de par en par a la música chilena.

Así las cosas, en febrero del 2021, viajamos junto a Exsimio, otra colosal banda chilena, al encuentro con Mexicali.

Mi primera impresión de la ciudad fue de asombro. Es que, en lo personal, siempre me ha llamado la atención los emplazamientos urbanos que conviven con el clima desértico, cuya temperatura puede alcanzar, en los meses de julio y agosto, los 45 grados celsius.

Mexicali se encuentra a orillas del Río Colorado y está, literalmente, adosada a la ciudad de Calexico, en la línea fronteriza con EEUU (Estado de California), por lo que llama poderosamente la atención la manera en la cual conviven estas dos urbes. Podríamos definirla como una relación económico-social muy peculiar, en medio de la permanente tirantez que genera una de las líneas fronterizas más activas del planeta.

Allí conocí a Cast, agrupación sinfónica progresiva mexicana (de la cual ya poseía varios de sus discos) liderada por Alfonso Vidales, gestor intelectual de nuestros viajes, gran amigo y una especie de mecenas que dedica gran parte de su tiempo y, por cierto, sus recursos, a la continuidad de Cast y el Baja Prog, propiamente tal.

Esta comunión con el pueblo “cachanilla” me permitió generar amistad con otras entrañables personas, como Sergio García, Francisco Hernández,  Carlos Humarán, Kiko King, Reynaldo Acuña, Flavio Miranda, Julio Camacho y su esposa Cynthia, Claudia Rosales, Lupita Acuña, Roberto Lupercio, mi gran amigo Raúl Díaz, el “Güero” Fontes, Antonio Bringas, Dino Brassea, Enrique Slim, Fernando Dueñas, César Cárdenas, entre otros. Ni hablar de bandas y artistas, ya que la lista de los grupos de alto renombre que pude disfrutar en directo en dicho festival es también enorme: Le Orme, Solaris, New Trolls, Jordan Rudess, Softworks, Pulsar, Il Balletto di Bronzo, Cast, Greenslade, Mostly Autumn, IQ, Pendragon, Flower Kings, Trettioariga Kriget, RPWL, Ange, Omni, Finisterre, Marillion, Carl Palmer, Ken Hensley, Landmarq, Focus, Univers Zero, DFA, The Watch, Premiata Forneria Marcone, Ars Nova, Magenta, KBB, Akekdonten, Deus Ex Machina, Richard Sinclair, Arti e Mestieri, Ozric Tentacles, Flash, Caravan, Hatfield and the North, England, Nektar, Circa, Riverside y otro largo etcétera.

Mi paso por Mexicali se extendió de 2001 al 2008, por lo que cada año me fui encariñando más con esta ciudad y su gente. El Centro Cívico, Villa Nova, Teatro del Estado, el boulevard Benito Juárez, entre otros, pasaron a ser puntos recurrentes de mis andanzas. Aún recuerdo también un restorán llamado “El Dragón”, donde almorzaba permanentemente. Todo un reflejo de la fuerte influencia de la cultura china en la ciudad, donde existen más de 300 restaurantes de este tipo.

Mexicali ofrece también una enorme cantidad de atractivos a los visitantes. “El Centinela” o la “Laguna Salada”, son algunos de ellos. Esta última corresponde a una depresión arenosa y extensa de 60 km de largo con una gran presencia de sal en su superficie y escasa vegetación.

Se trata de un paisaje tan peculiar que, por sus características, fue utilizado usado la filmación de películas como “Resident Evil: Extinction” y en donde también se han realizado algunos masivos como el concierto de Luciano Pavarotti en 2003.

El arte se encuentra presente en diverso lugares y paisajes de Mexicali. Festivales de todo tipo, sitios arqueológicos, ranchos, gastronomía, museos y eventos culturales permanentes en el año hacen de esta ciudad un espacio entrañable y digno de conocer. Mexicali, definitivamente, encanta.

 

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