Tras la experiencia de Würzburg, avanzada la tarde del domingo 17 de noviembre de 2020, agarré nuevamente el equipaje para enfilar vía tren a Amsterdam, capital de la “Tierras de los Tulipanes”.

En algo más de 6 horas ya estaba en Holanda, país que tiene una superficie de más de 40 mil kilómetros cuadrados, de los cuales un importante porcentaje de esta superficie se encuentra ocupado por el agua, por lo que gran parte de su territorio se halla bajo el nivel del Mar del Norte.

En la ciudad, lo primero que destaca es su arquitectura, en donde la mayoría de sus casas son estrechas y alargadas. Esto porque en el siglo XVII los impuestos de las viviendas se determinaban función de la anchura de las casas, de manera que todos intentaban hacer las casas lo más estrechas posibles y ganando la superficie haciéndolas muy profundas.

De hecho, muchas de ellas se encuentran inclinadas hacia delante y todas poseen un gancho en alguna parte de sus estructura, instalados precisamente ahí para colgar los muebles, en caso de mudanzas, ya que por las puertas o ventanas es a todas luces inviable.

Por cierto, en Amsterdam se encuentra la casa más estrecha del mundo, con 1 metro de profundidad. Esta se encuentra en la calle Singel 7, cerca de la Central Station.

También llama la atención es la cantidad de placas o escudos que hay en las fachadas. La razón: antiguamente las casas no llevaban numeración, así que las familias instalaban una placa representativa con el oficio que desarrollaban. Además, resulta igualmente novedoso que muchas de ellas se encuentran encadenadas para evitar eventuales desplazamientos.

Allá nos esperaba Tacuri Adasme “Psycho Andino”, un músico/artista chileno patiperro residente en Holanda hace ya muchos años. Gracias a él pudimos conocer y entender el concepto de los Coffee Shop, una suerte de expendio donde se puede adquirir de manera legal el cannabis (marihuana), hachís, hongos, alimentos con cannabis y otros productos derivado de esta planta. Eso sí, su carácter tolerante y la valoración de la libertad individual de las personas va de la mano de un apego irrestricto al respeto por el espacio vital y los derechos de las demás personas, así que rara vez se ve un incidente producto de este espíritu progresista.

Otro aspecto llamativo de esta ciudad es la impresionante cantidad de bicicletas. Bueno, ni tan raro para un país que cuenta con 15.000 kilómetros de carril bici que cubren todo el territorio.

Distintivo es también su colosal red de canales. Amsterdam cuenta con 75 kilómetros de cauces de este tipo, los que dan origen a más de 1000 puentes en la ciudad. En estos surcos de agua viven miles de familias en las más de 2.500 casas flotantes existentes. De hecho, el año 2010, la UNESCO reconoció su valor declarando el cinturón de canales como lugar patrimonio de la humanidad.

El Museo Het Schip, el Barrio Rojo, la Plaza Dam, el Mercado de las Flores, fueron algunos imperdibles en esta expedición que me permitió corroborar el fastuoso encanto de una de las ciudades más geniales de Europa.