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Unihue, del caserío a la aldea

Unihue es un apacible rincón de Hualqui que parece salido de un libro de realismo mágico. Ubicado cerca de 20 kilómetros al sur de la comuna, este hermoso pedazo de tierra de “La República” se yergue con la figura de pueblo, dejando atrás su antigua estirpe de caserío.

La historia de Unihue, cuna de familias tradicionales del sector como los Varela, Lara, Silva, Sanhueza y Arriagada, estuvo siempre ligada al tren, debido a la importancia que este medio generaba en el sector como principal medio de conexión de las familias residentes (hoy con el mejoramiento de la ruta, esto ha ido cambiado).

De hecho, su punto neurálgico fue durante mucho tiempo la Estación local, recinto que fue construido junto con el Ferrocarril Talcahuano-Chillán y Angol, e inaugurado en 1873. Luego pasó a formar parte de la Red Sur de Ferrocarriles del Estado.

A comienzos del siglo pasado, la actividad vitivinícola fue otra importante faceta de Unihue, localidad que en voz mapuche significa “tierra de camarones”, dada la presencia de dicho crustáceo en las zona. Esta característica ha llevado a los lugareños a desarrollar la “Fiesta del Camarón” en época invernal, la cual atrae a mucho visitantes que buscan degustar de las bondades de los platos típicos confeccionados en base a este apetitoso recurso que prolifera en las vegas locales.

Muchas historias y leyendas rondan en torno a la figura de Unihue. La más importante dice relación con la instalación en tiempos de la Colonia de una importante misión jesuita, quienes impulsaron la evangelización de los indígenas de la zona y entregaron el conocimiento para la fabricación de tinajas, adobe, tejas y ladrillos.

Cuenta la leyenda que al momento de la expulsión de los jesuitas de Chile, uno de los sacerdotes, en su huida, escondió una hermosa estatuilla de oro de la virgen en el llano de Unihue, en lo que fue la ruta de escape al puerto de Coronel.

Unihue fue también conocido por escaramuzas del periodo histórico conocido como la “Reconquista”. Encuentros entre criollos y realistas se dieron en el sur de Hualqui, como “barrido del llano” acaecido en el sector de “Artillería” (talón del cerro), cuyo nombre rememora alguna escaramuza del ejército de Ramón Freire en su lucha enconada contra las fuerzas de Vicente Benavides en el territorio. Freire debió repeler en esos mismos valles el avance realista desde Santa Juana, evitando con ello el objetivo de los españoles de tomar control de Talcamávida, dada la importancia estratégica de su ubicación, y el inminente avance hacia Hualqui y Concepción.

En el llano de Unihue se han encontrado algunos artículos de épocas como espuelas, martillos de pistolas y reliquias, que dan cuenta de su importante pasado histórico.

Las leyendas también abundan en Unihue. La más significativa corresponde a extraños sucesos que acontecen en el llamado “valle de los jesuitas”, en donde según lo lugareños no resultan extraños los avistamientos de figuras fantasmales, como la historia de un viejo monje que deambula por Unihue Alto, ciertos ruidos subterráneos que surgen desde los cerros que lo rodean, además de música de ignota procedencia que, cuando menos se espera, acompañan los pasos de los caminantes que se atreven a surcar sus viejos senderos, son algunos de los testimonios que expresan los residentes que por generaciones han hecho de la “tierra de camarones” su hogar.

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