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Salvador Cabrito y la fundación de Hualqui

Los antecedentes históricos de la fundación de la Villa de Hualqui tienen una data cercana a 1752, cuando el sacerdote jesuita Joaquín de Villarreal ideó una estrategia de contención y evangelización de los mapuches a través de la construcción de ocho villas a orillas del río Biobío, plan que fue aprobado por la Corona española.

Las villas eran un conjunto de pequeñas haciendas con casas construidas en torno a un patio central y eran el domicilio particular de las personas más relevantes de la comarca.

El borde norte del río Biobío fue una frontera natural por muchos siglos, un límite impenetrable para los invasores de las tierras mapuches, el que detuvo primero a los incas y luego a los españoles. Así los parajes de Hualqui, Rere, Yumbel, Talcamávida, Santa Juana y Florida, villas casi olvidadas, estaban destinadas a ser borde fronterizo por mucho tiempo .

En 1756 el Gobernador de Chile Manuel de Amat y Juniet, impulsó el reforzamiento y construcción de nuevos fuertes en la frontera mapuche y trasladó el fuerte de Arauco a Hualqui, y en octubre de 1756 inició la fundación de seis villas a lo largo de los ríos Laja y Bío – Bío; personalmente fundó fuertes en Santa Bárbara y Nacimiento, dejando Talcamávida y Hualqui para enero de 1757.

Mientras las tropas españolas estaban en Yumbel, veintisiete soldados solicitaron mediante una carta al Gobernador Amat, el 11 de diciembre de 1756, que fueran considerados como vecinos de las nuevas villas con todos los beneficios que ello implicaba; a cambio ofrecieron cumplir sus órdenes para el resguardo de las villas contra el paso del enemigo.

Don Juan Antonio Abello y Valdés, corregidor del Partido de Puchacay, después de hacer un recorrido por el territorio, informó que “desde la cuesta del valle hasta Changaimavida existen 3.500 cuadras de tierras vacías de montañas, sin que haya merced o títulos”. Prosiguió señalando que “todos los pobladores que han de habitar la villa son de conocido linaje , excepto seis que son mestizos reales de buenas aplicaciones naturales y el resto, tienen tierras, aunque no son dueños, son con sus familias 145 personas los cuales recibirían sus títulos de dominio”.

A fines de 1756, el Gobernador Amat y Juniet dispuso que el maestre de campo, Salvador Cabrito de la Arriagada, se dirigiera al paraje de Hualqui y procediera a fundar la Villa San Juan Bautista.

Cabrito llega a Hualqui el 6 de enero de 1757 al sitio exacto elegido previamente por el Gobernador, donde encuentra un pueblo de indios llamado Ruquilahuen, del cual toma posesión, ubicando terrenos vacuos que posteriormente repartió entre los nuevos vecinos.

El viernes 14 de enero de 1757, el Comisionado Salvador Cabrito y sus acompañantes, luego de realizar diversas obras: delinear la plaza y las calles, reparto de solares, levante de cimientos de la iglesia y casa del cura y precisión del lugar de la cárcel, procedieron a realizar la ceremonia de fundación tomando posesión “quieta y pacíficamente” del lugar en nombre del rey de España y dando por nombre a la nueva Villa de San Juan Bautista de Hualqui.

Más tarde, el 21 de enero de 1757, una vez  concluidos los trabajos, se procede a retirar la comitiva formada por don Juan Antonio Abello y Valdes, corregidor del Partido de Puchacay, don Diego Villelbrun, juez Agrimensor del Obispado de Concepción, don José de Honorato y algunos otros vecinos.

Es así como el 24 de Octubre de 1757, por real cédula, se aprueban las fundaciones de las villas ordenadas en diciembre de 1756 por el Gobernador Amat y Juniet, entre ellas Hualqui y Talcamávida.

De esta forma, nace administrativamente el pueblo de Hualqui y su lucha por el progreso y adelanto, ya que logran agrupar las familias de los soldados que llevaban una vida miserable, tanto por falta de recurso propios como por los constates ataques de los indígenas.

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