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Alejandro Varela Santa María

Alejandro Varela Santa María fue un reconocido y recordado vecino de Quilacoya. Nació el 9 de Octubre de 1907 en Concepción. Sus padres fueron Don Evaristo Varela Urrutia y Doña Ana Santa María Ramos.

Se educó en el Liceo de Hombres de Concepción y la Universidad de Concepción, posteriormente en la Universidad de Chile donde se recibió de abogado en 1931. Luego se casó con Joy Turner Miller y tuvieron cuatro hijos: Federico, Moyra, Mary (Q.E.P.D.) y Carlos.

En Quilacoya, desarrolló en el predio “San Ignacio”, que heredó, una agricultura innovadora, incorporando tecnología moderna en varios rubros, especialmente en lechería. Fue el primer productor lechero del país que incorporó maquinaria de ordeña.

Una de sus preocupaciones permanentes fue la de mejorar la condiciones de vida de la gente que trabajaba para él y de la zona en general, lo que logró construyéndoles casas habitaciones de excelente calidad en su predio y donando en Quilacoya los terrenos para la Escuela, Retén de Carabineros, Posta de Primeros Auxilios, Cancha de Fútbol, Cementerio y terrenos para la construcción de juegos infantiles. Sus hijos donaron, en su nombre, parte del terreno para el gimnasio techado de la localidad.

Como abogado y jurisconsulto, fue uno de los profesionales en quien “su profesión coincidió con su afición”, la que desarrolló con eficiencia, honradez, dedicación y caballerosidad.

Fue Abogado del Banco del Estado (Fiscal), Banco de Londres y de varias firmas importantes como la Cía. Molinera El Globo, Saavedra Benard, etc. También se desempeñó como Ministro Integrante de la Corte de Apelaciones de Concepción y durante sus primeros años de profesión como Profesor de Derecho en la Universidad.

Entre otras nominaciones, fue elegido Presidente del Colegio de Abogados de Concepción por 10 años consecutivos y en 1951 presidió la delegación chilena al Primer Congreso Americano de Abogados celebrado en Uruguay.

A pesar de sus múltiples actividades, siempre pudo dedicar parte de su tiempo para ayudar a sus coterráneos quilacoyanos, lo que hizo en forma desinteresada y leal, solucionando problemas legales a innumerables familias de la zona.

Alejandro Varela falleció en Concepción el 17 de septiembre de 1977, producto de un infarto, cuando bordeaba los 70 años de edad.

La sala de mayor importancia en el edificio de los Tribunales de Justicia de Concepción lleva su nombre en homenaje a su trayectoria profesional como jurisconsulto, así como la escuela básica de Quilacoya, en un justo reconocimiento para este hijo ilustre de la localidad.